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viernes, 16 de noviembre de 2018

Bloqueo Emocional

La vibración del amor es la frecuencia más alta de la energía.


El Amor... uno de los motores más poderosos del universo. Pero cuando hablamos de Amor, de qué estamos hablando?

Desde la tradición del yoga, el sentimiento amoroso es una energía, de determinada frecuencia vibracional que se condensa en el chakra del corazón y desde allí sale y se expresa.

Quienes tienen bloqueos en ese centro energético, no pueden expresar esta energía con facilidad y se sienten solos y angustiados.

Cuando este centro vibra en una determinada frecuencia y entra en resonancia con otro ser que está en la misma frecuencia se produce un intercambio amoroso pleno. 

Esto puede darse una sola vez, varias veces, por mucho tiempo, por toda la vida humana. Todo depende de la capacidad para mantener esa sintonía.

Mantener la energía del amor en movimiento, sin bloqueos requiere de un gran trabajo de conciencia e inversión en nuestro desarrollo personal, sobre todo en reconocer nuestro mundo emocional y aprender a gestionar nuestras emociones. Por ejemplo la ira y el resentimiento, cuando se convierten en el estado emocional constante en el que habitamos, son energías que vibran muy densamente, porque están asociadas al miedo y la escaccez, y por ende nos alejan del amor y la abundancia.

Mira tu mundo emocional y trata de reconocer cuál es tu estado de ánimo más constante y nómbralo. Es de alegría, gratitud, aceptación o todo  lo contrario? Te acerca o te aleja de vibrar en el amor? 

Recuerda, uno atrae la energía en la que vibra, por eso todo empieza por uno!

domingo, 10 de noviembre de 2013

En búsqueda de la vibración perdida

“Ser el cambio que quieres ver el mundo”(Gandhi)

Estamos inmersos en una época marcada por un sentido de premura, que no tiene comparación con ningún otro momento de la historia de la humanidad. Todo nuestro ser, nuestro cuerpo y espíritu, vibra en una angustiosa sensación de urgencia, acorde con lo que demanda el mundo físico, el mundo exterior u objetivo.

Todo lo que  existe, tiene una vibración. Somos energía, somos seres vibracionales. Los humanos, al estar constituidos físicamente por un 70% de agua, somos muy sensibles a las vibraciones. Todo a lo que nos exponemos genera una vibración que se asemeja, resuena o  choca con la propia y esto determina nuestros niveles de armonía. De aquí el origen de todas esas expresiones coloquiales tales como “mala o buena onda, vibra, energía”, para expresar lo que percibimos, muchas veces quizás no tanto a un nivel racional, sino más bien sensorial o intuitivo, en nuestro intercambio con el mundo o las personas.

Las ondas cerebrales son la actividad eléctrica producida por el cerebro. Estas ondas pueden ser detectadas mediante el uso de un electroencefalógrafo y se clasifican en: ondas Alfa, Beta, Theta y Delta. Excepto durante el sueño, nos pasamos la mayor parte del tiempo vibrando en Beta. Para asegurarnos una buena adaptación a las exigencias de la vida moderna, el cerebro genera ondas Beta, que nos conectan con nuestros sentidos externos y se rigen por las leyes de espacio y tiempo.

Como consecuencia de esta vorágine, día a día vemos crecer la necesidad de parar la agitación, de encontrar un remanso, de transitar por la vida con más calma, de conectar con mayor atención y profundidad con nuestras necesidades emocionales, espirituales y con la naturaleza. Para ello necesitamos cambiar nuestra vibración, necesitamos aprender a encontrar el camino que nos lleve de regreso al estado Alfa, que es la onda de vibración de la Tierra, la vibración que naturalmente nos armoniza.
Es a través de las ondas Alfa que conectamos con el mundo intangible, el mundo espiritual, interno o subjetivo. Ese universo constituido por nuestros pensamientos, emociones, percepción extrasensorial o espiritual.

La vibración Alfa, se asocia con la creatividad, imaginación, intuición y soñar despierto. Las ondas Alfa facilitan estados de relajación profunda, que al mismo tiempo fortalecen el cuerpo y la mente. Estar en Alfa, no implica estar levitando, sin capacidad de accionar, por el contrario, podemos pensar dinámicamente, la mente puede cuestionar, explorar, deducir y crear soluciones a los problemas. Es el estado en el que nos encontramos momentos antes de dormir. Sus efectos característicos son: relajación agradable, pensamientos tranquilos y despreocupados, optimismo y un sentimiento de integración de cuerpo y mente y con el universo, del cual somos parte. 

Si bien nuestro cerebro para funcionar plena y saludablemente, necesita generar cada una de estas ondas cerebrales, según sean las circunstancias en las que nos encontramos,  me parece importante aprender a buscar esos momentos de sosiego, con la técnica o práctica que nos resulte más adecuada, para regresar a la vibración Alfa,  que es la que nos armoniza, generando calma y eliminando la tendencia a la reacción. Cuando reaccionamos en lugar de responder, creamos caos y separación y eso es lo que se refleja y padecemos en el mundo hoy.

Existen distintos métodos o prácticas que nos ayudan a volver al estado Alfa, como la práctica de yoga, relajación, meditación o terapias vibracionales diversas.

En la medida que generemos consciencia a través del conocimiento e incorporación de estas prácticas, lograremos crear paz y mayor armonía en el planeta. Estoy convencida que los cambios se hacen desde adentro hacia afuera, que el cambio empieza por uno, desde lo micro a lo macro. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de lograrlo. Con la suma de la fuerza del ejemplo,  contagiando a una consciencia por vez, mi deseo y mi esperanza es alcanzar la masa crítica necesaria para manifestar ese cambio anhelado que queremos ver en el mundo.


miércoles, 30 de octubre de 2013

El Yoga: un aliado para combatir el estrés

“En todas las culturas y en todas las tradiciones médicas antes de la nuestra, la sanación se lograba moviendo energía.”

Stress es una palabra del inglés que significa tensión. Podríamos decir que el estrés es una sensación de tensión que puede manifestarse a nivel físico y/o emocional.
Nos estresamos por motivos laborales y económicos. Por relacionarnos con personas toxicas. Por no cuidar la calidad de nuestros pensamientos. Cuando enfrentamos pérdidas importantes: muertes, trabajos, bienes materiales, afectos. Sufrir por amor, otro gran estresor. La soledad, la incapacidad de generar vínculos significativos. En una sociedad cargada de contaminación visual y acústica, marcada por la urgencia y el cambio permanente, sumado a la falta de descanso y alimentación adecuada, es muy difícil permanecer inmune al estrés.
El estrés nos acecha cotidianamente y es uno de los flagelos de la vida moderna.  Es un enemigo que avanza silenciosamente, impidiéndonos vivir de manera armónica y saludable.
El manejo del estrés implica controlar y reducir la tensión que surge cuando nos enfrentamos a situaciones desafiantes o amenazadoras. Situaciones que nos obligan a salir de nuestras zonas de confort, para adaptarnos a un nuevo contexto. Para evitar que esto nos afecte nocivamente,  debemos aprender a incorporar cambios desde lo psico-físico y energético.
Existen diversas actividades que nos ayudarán a canalizar el estrés y eliminarlo. Entre ellas, el yoga es una de las más efectivas.
El yoga es un sistema holístico que trabaja en todos los planos del Ser. Su finalidad no es solo la mejora de lo físico; toda la fuerza, resistencia, elasticidad y equilibrio que logramos en el plano físico, se manifestará en lo mental- emocional y espiritual-energético, generando no solo buena salud, sino también armonía, serenidad y paz interior.

 En el plano físico:
  • Nos hace más conscientes de los ritmos y necesidades naturales del cuerpo
  • Fortalece los músculos y huesos
  • Provee flexibilidad y equilibrio
  • Retrasa el proceso de envejecimiento
  • Oxigena y limpia nuestros órganos, beneficiando nuestro sistema cardiovascular, endocrino,  inmunológico, digestivo y respiratorio
  • Abre los canales energéticos y equilibra los chakras. Aumenta la energía vital.
 En el plano mental y emocional:
  • Disminuye el estrés
  • Incrementa nuestra capacidad de atención y concentración
  • Ayuda a superar el insomnio, a descansar mejor.
  • Promueve el pensamiento positivo ayudando a la superación de miedos, ansiedad, depresión
  • Nos vuelve menos reactivos y nos enseña a diseñar nuestras respuestas. Eso impacta positivamente en la calidad de nuestros vínculos y calidad de vida en general
A través de una práctica comprometida, 
perseverante y disciplinada, se alcanzan estados elevados de consciencia, optimizando nuestra energía para enfrentar mejor los desafíos de la vida.
Esto se logra a través de:
  • La respiración
  • Las posturas de yoga o asanas
  • La meditación
  • Alimentación  y descanso adecuado
El verdadero valor del yoga es que nos enseña: el camino del autoconocimiento, la sanación y la expansión de la consciencia.

lunes, 8 de julio de 2013

Ritual de Luna Nueva

“Los rituales nos ayudan a ver lo que de otra manera olvidaríamos ver”

 Hoy tenemos Luna Nueva. Este puede ser un dato intrascendente para muchos, no así para los que sabemos que somos parte de un todo y que la energía del universo tiene influencia no sólo sobre nuestro planeta, sino también sobre todos los seres vivos que habitamos la Tierra.

Las fases de la luna afectan a todas las cosas en la naturaleza que contengan agua, incluyendo los seres humanos, que somos agua en un 70%. Las fases de la luna son determinadas por la posición relativa de la luna al sol. El sol y la luna ejercen una gravitación en la tierra, que, según sus posiciones relativas, crean diversos ciclos y experiencias energéticas. La energía de la Luna Nueva corresponde a una energía contractiva, que nos lleva a una sensación reflexiva y estable, pero también pesada y más pasiva físicamente.

Al reunirse el sol y la luna marcan el inicio de un nuevo ciclo favorable para cualquier cambio que queramos hacer e iniciar nuevos proyectos. El organismo está más dispuesto a una desintoxicación, a una nueva dieta más saludable, ya que contamos con mayor serenidad para eliminar los excesos  y lograr un mayor autocontrol.Es el momento de mayor fuerza lunar para comenzar proyectos postergados y para generar lo que deseamos ver manifestado en nuestras vidas.

Yo soy una amante de los rituales. Creo que con el tiempo, vamos olvidándolos o privándolos de su sentido mágico. Nuestras vidas están cada vez más llenas de rutinas. Vivimos  aturdidos, repitiendo tareas, palabras y acciones como autómatas, con el sólo objetivo de lograr un fin práctico.

Los rituales se parecen a las rutinas. Ambos tienen un orden pre-establecido a seguir, que se repite de una determinada manera pero la gran distinción radica en el sentido que le damos a esas acciones. El rito pertenece al mundo de lo simbólico y lo ordinario se convierte en extraordinario durante la celebración del ritual. Normalmente invocamos a una fuerza superior que nos guie y ayude a conseguir un mayor nivel de consciencia, que  puede revelarse en distintos ámbitos de nuestras vidas.

La energía de este día, es la del potencial puro.Todo está en estado de semilla, esperando a  ser creado.Invocando la fuerza de la energía lunar de hoy, diseñé un simple y personal ritual, en el cual anoté 10 intenciones que voy a leerle en silencio a la luna esta noche, para que se manifiesten:

  1. Elegir alimentos más saludables para mi dieta.
  2. Agradecer todos los días.
  3. Mantener mí practica regular de yoga.
  4. Estar menos tiempo conectada a Internet.
  5. Leer más.
  6. Poner menos resistencia al presente. Practicar la aceptación. Fluir.
  7. Prestar atención a la calidad de mis pensamientos.
  8. Abrazar la incertidumbre con serenidad.
  9. Creer en mí, en mi capacidad para lograr mis sueños.
  10. Tener fe.


Amén!