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domingo, 30 de marzo de 2014

El Club de los Ofendidos

"El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas." Ward William George 

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Como frase alentadora, me parece fantástica porque la esperanza es el combustible emocional que mantiene la vida en movimiento.

Ahora, una cosa muy distinta son las expectativas. Si bien ambas palabras contienen una situación de espera como condición, la esperanza, está basada en la confianza en que ocurrirá o se logrará lo que se desea, mientras que la expectativa, está orientada a esperar que ocurra lo que queremos conseguir, sin involucrarnos en ninguna acción o decisión por nuestra parte. La expectativa nos pone en una situación pasiva, donde nos convertimos en jueces de resultados que no dependen de nosotros y según como estos sean, nos sentiremos los seres más afortunados del planeta, con todos los astros conspirando a nuestro favor,o en unas pobres víctimas, ya sea de las circunstancias adversas de turno o de las acciones de terceros, que nos resultan injustas e inmerecidas.

Todos estuvimos alguna vez en uno de estos escenarios. Quizás todavía, saltamos de un lado a otro, sin definirnos si queremos pertenecer al Club de los Afortunados y ser los creadores de nuestro destino, o ser parte del Club de los Ofendidos, escudados en la queja estéril por ser víctimas de las injusticias del mundo. El Club de los ofendidos, nuclea a todas esas personas que sienten que son tratadas injustamente, personas que esperan acciones de los demás, que nunca están a la altura de sus expectativas.  Están convencidos que las respuestas que reciben no son las que merecen y esa es la razón por la cual viven ofendidos. También están resentidos, porque  sienten que no se les reconoce su valor, su dedicación, su importancia, su bondad, su entrega y entienden que son sometidos a situaciones inmerecidas. El resultado de esto por lo general es el enojo y el resentimiento, que se expresa a través de la queja improductiva.

¿Quién no tiene un amigo ofendido porque no lo llamaste (cuando él lo esperaba)? Justo ese amigo que cada vez que lo llamaste para hacer algo, nunca pudo y tampoco se tomó el tiempo para devolverte el  llamado en los últimos 3 meses.
O el amigo que se ofendió porque se enteró por un tercero que te separaste y hacía más de dos años que no tenían ningún tipo de contacto!
O el pariente que se enojó porque no le contestaste un mail en cadena  que te envió a vos y 20 personas más, con las últimas reflexiones sobre la vida Zen.
O el compañero de trabajo que se siente ignorado porque esperaba ser invitado a tu fiesta intima de aniversario, donde solo participaron tu mujer y tus hijos!
Ni que hablar de las situaciones que se generan con las relaciones virtuales!! La cantidad de enojos y ofensas que resultan por no haber puesto un “me gusta”  a una foto, o por no seguir a un conocido en twitter, que si es un seguidor tuyo!!

Si pudiéramos entender que las expectativas no son promesas. Que las expectativas pertenecen a nuestro ámbito íntimo personal y que los demás no tienen la obligación de adivinarlas, ni de cumplirlas. Si pudiéramos aprender a pedir lo que necesitamos o queremos, aceptando que al otro lo asiste el derecho legítimo de acceder o negarse a nuestro pedido. Si sólo pudiéramos hacer estas distinciones, seguramente no existiría el Club de los Ofendidos y la cultura de la queja ­­­­­ya se habría extinguido.

lunes, 8 de julio de 2013

Ritual de Luna Nueva

“Los rituales nos ayudan a ver lo que de otra manera olvidaríamos ver”

 Hoy tenemos Luna Nueva. Este puede ser un dato intrascendente para muchos, no así para los que sabemos que somos parte de un todo y que la energía del universo tiene influencia no sólo sobre nuestro planeta, sino también sobre todos los seres vivos que habitamos la Tierra.

Las fases de la luna afectan a todas las cosas en la naturaleza que contengan agua, incluyendo los seres humanos, que somos agua en un 70%. Las fases de la luna son determinadas por la posición relativa de la luna al sol. El sol y la luna ejercen una gravitación en la tierra, que, según sus posiciones relativas, crean diversos ciclos y experiencias energéticas. La energía de la Luna Nueva corresponde a una energía contractiva, que nos lleva a una sensación reflexiva y estable, pero también pesada y más pasiva físicamente.

Al reunirse el sol y la luna marcan el inicio de un nuevo ciclo favorable para cualquier cambio que queramos hacer e iniciar nuevos proyectos. El organismo está más dispuesto a una desintoxicación, a una nueva dieta más saludable, ya que contamos con mayor serenidad para eliminar los excesos  y lograr un mayor autocontrol.Es el momento de mayor fuerza lunar para comenzar proyectos postergados y para generar lo que deseamos ver manifestado en nuestras vidas.

Yo soy una amante de los rituales. Creo que con el tiempo, vamos olvidándolos o privándolos de su sentido mágico. Nuestras vidas están cada vez más llenas de rutinas. Vivimos  aturdidos, repitiendo tareas, palabras y acciones como autómatas, con el sólo objetivo de lograr un fin práctico.

Los rituales se parecen a las rutinas. Ambos tienen un orden pre-establecido a seguir, que se repite de una determinada manera pero la gran distinción radica en el sentido que le damos a esas acciones. El rito pertenece al mundo de lo simbólico y lo ordinario se convierte en extraordinario durante la celebración del ritual. Normalmente invocamos a una fuerza superior que nos guie y ayude a conseguir un mayor nivel de consciencia, que  puede revelarse en distintos ámbitos de nuestras vidas.

La energía de este día, es la del potencial puro.Todo está en estado de semilla, esperando a  ser creado.Invocando la fuerza de la energía lunar de hoy, diseñé un simple y personal ritual, en el cual anoté 10 intenciones que voy a leerle en silencio a la luna esta noche, para que se manifiesten:

  1. Elegir alimentos más saludables para mi dieta.
  2. Agradecer todos los días.
  3. Mantener mí practica regular de yoga.
  4. Estar menos tiempo conectada a Internet.
  5. Leer más.
  6. Poner menos resistencia al presente. Practicar la aceptación. Fluir.
  7. Prestar atención a la calidad de mis pensamientos.
  8. Abrazar la incertidumbre con serenidad.
  9. Creer en mí, en mi capacidad para lograr mis sueños.
  10. Tener fe.


Amén!