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viernes, 16 de noviembre de 2018

Conversaciones Difíciles

“Todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde se crea la realidad en que vivimos”

 (H. Maturana)


A mí me gustaría cambiar el final de la frase y decir: " y es en ese espacio donde se crea la realidad en la que queremos vivir”.

Creo en el poder de la palabra como generadora de “mundos” y es justamente aquí, en esta comunidad de Encuentros de Mujeres, donde privilegiamos el conversar como un movimiento que nos acerca y nos ayudaba conectar significativamente.

Es por eso que quiero preguntarles, si para cerrar este año en paz, sienten que tienen conversaciones pendientes. Con quién o quiénes?

Hay conversaciones difíciles, que preferimos evitar. Son esas conversaciones que no podemos o no sabemos cómo abordar. Pero también sabemos que hacernos las distraídas no soluciona la incomodidad, enojo o frustración que tenemos vinculada a una determinada persona, sólo por callar.

Muchas veces diseñar una conversación difícil nos ayuda a poder plantearla. Para eso es importante reflexionar sobre algunos puntos:

1-Crear el contexto adecuado.
2-Tener claro que quieres lograr con la conversación: disculparte, aclarar algo, hacer un pedido, explicar tu enojo, reconciliarte o terminar una relación.
3-Es importante poder expresar qué es lo que molesta, incomoda o enojada o aclarar algo si es que hay un mal entendido.
4-Poner el foco en uno, en cómo te sientes como resultado de la conducta o actitud del otro, sin acusar. De esta manera no estás culpando al otro por sus acciones, sino describiendo lo que a ti te pasa cuando el otro se comporta de una determinada manera. Así la otra persona no se siente atacada y no va tender a responder reactivamente, defendiéndose.
5-Poder hacer pedidos claros para superar la situación, sabiendo de antemano que podemos recibir una respuesta positiva o negativa.

Lo importante es abrir espacios de conexión sincera y lograr los objetivos que te propones, no que te den la razón. Nos puede ir bien o mal pero más allá del resultado, nada nos quitará la tranquilidad de haber probado de no quedarnos con conversaciones pendientes.

lunes, 6 de agosto de 2018

La otra cara de la autocrítica: la autocompasión


"Sé amable con todos, pero especialmente, contigo mismo"


La autocompasión es lo contrario a tenerse lástima. 

Cuando me tengo lástima, habito en el lugar de la víctima y busco responsables externos por mis penurias.

La autocompasión tiene más que ver con tratarse a uno mismo con paciencia, cuidado y cariño. Cómo trataríamos a nuestra mejor amiga.

La autocompasión es una herramienta que nos permite protegernos contra la autocrítica destructiva, sin la necesidad de sentirnos superiores. También nos facilita capitalizar nuestro poderpersonal y liberarnos del perfeccionismo. 

La autocompasión viene de la mano de practicar la aceptación y la flexibilidad, dos habilidades claves, para liberarnos de las autoexigencias y para poder ser compasivos con los demás.

¡Sólo por hoy y un día a la vez, sé tu mejor amiga!

viernes, 6 de julio de 2018

¿Existe lo Correcto?

"La intención muestra la razón de ser de una acción"


Dentro de nuestra cultura occidental estamos todo el tiempo consciente o inconscientemente, juzgando si “esto está bien o mal”. Casi automáticamente decidimos qué es correcto y qué no, cotejándolo con lo que nos dice nuestra moral, valores y cultura en la que estamos inmersos.

Los budistas no se refieren a lo moral, ni apelan a la “corrección” para calificar las acciones de las personas, no usan los términos “bueno” o “malo”. Ellos observan si las conductas reflejan sabiduría o ausencia de ella y se van a referir a ellas como acciones “útiles” (Kusala) o “torpes” (Akusala).

Según la tradición budista lo que hace que una acción hecha a voluntad sea buena o mala o ética o no, es el estado de mente con el que se realiza. Si nuestras acciones están basadas en algunos de estos estados, tal y como dice el Dharma, serán torpes:
Odio: entendiendo como odio, como estados mentales negativos tales como enfado, rabia, frustración, resentimiento, etc.
Avidez: Entendiendo como avidez no solo la avaricia sino también estados de deseo neurótico, ansiedad, descontento con todo, envidia…
Ignorancia: Desde luego esta ignorancia no está referida a la ignorancia digamos académica o a la falta de conocimiento intelectual, sino más bien al no querer saber cómo son las cosas, al meter la cabeza debajo del ala, al egoísmo separador, a la ignorancia espiritual.

Por el contrario, si el estado de mente que sustenta nuestros actos está basado en:
Metta: Es decir en estados mentales creativos, amables, bondadosos y claros.
Generosidad: ser desprendido, desapegado y dispuesto a dar y darte.
Sabiduría: iluminación, apertura mental, con perspectiva amplia, con claridad de mente en vez de confusión etc.
Entonces nuestros actos son útiles o creativos, o sabios.

La ética dentro del budismo está más relacionada con la inteligencia y la comprensión de la existencia, que con la moralina. Es una herramienta para el desarrollo humano y un filtro de nuestras energías, motivaciones, estados de mente, relación con los demás etc. que actúa como purificador o refinería convirtiendo nuestro ser en más claro, ligero, limpio, y delicado.