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miércoles, 2 de enero de 2019

10 Preguntas Para Cerrar el Año 2018

Es necesario cerrar, vaciar, soltar para hacer lugar para lo nuevo.


Hola! Hace mucho que no me siento a escribirles y hoy quiero compartir con Uds., sin ánimos de “colonizar” a nadie, un ritual que realizo cada fin año, a veces mentalmente, otras con papel y lápiz (no en la computadora).
Creo en la fuerza transformadora de los rituales (tengo varios, algunos populares y otros privados), porque es justamente la mirada simbólica de estas acciones lo que le confiere un sentido a lo vivido.
Podemos recorrer en nuestra memoria las experiencias de un día, un mes o un año y quedarnos con una simple colección de hechos, personas y palabras inconexas o podemos extraer de ellas un aprendizaje y el impacto que dejaron en nuestras vidas.
Hacer este simple ejercicio de 10 preguntas, me ayuda a hacer ese recorrido de manera significativa y poder quedarme con una “sensación” (no quiero usar la palabra balance porque nunca me cayó bien esa expresión) de cómo aproveché este año que está a punto de terminar.
Creo que cerrar ciclos, procesos, relaciones, etapas es importante para disponerse a recibir con las manos abiertas y sin cuentas pendientes lo que el nuevo año nos depara. Mirar con conciencia lo vivido, nos aporta claridad, nos activa los deseos, nos reafirma en los proyectos a desarrollar y los que están activos.
Te invito a cerrar tu año y disponerte a recibir una nueva vuelta al sol de la mejor manera. Quizás estas preguntas te ayuden a hacerlo de una manera práctica y amena.Tómate un tiempo a solas y contesta sinceramente estas preguntas.
Aprovecho para agradecerles todo lo que hicimos juntas este año y desearles un 2019 lleno de realizaciones, salud y prosperidad!

viernes, 16 de noviembre de 2018

Conversaciones Difíciles

“Todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde se crea la realidad en que vivimos”

 (H. Maturana)


A mí me gustaría cambiar el final de la frase y decir: " y es en ese espacio donde se crea la realidad en la que queremos vivir”.

Creo en el poder de la palabra como generadora de “mundos” y es justamente aquí, en esta comunidad de Encuentros de Mujeres, donde privilegiamos el conversar como un movimiento que nos acerca y nos ayudaba conectar significativamente.

Es por eso que quiero preguntarles, si para cerrar este año en paz, sienten que tienen conversaciones pendientes. Con quién o quiénes?

Hay conversaciones difíciles, que preferimos evitar. Son esas conversaciones que no podemos o no sabemos cómo abordar. Pero también sabemos que hacernos las distraídas no soluciona la incomodidad, enojo o frustración que tenemos vinculada a una determinada persona, sólo por callar.

Muchas veces diseñar una conversación difícil nos ayuda a poder plantearla. Para eso es importante reflexionar sobre algunos puntos:

1-Crear el contexto adecuado.
2-Tener claro que quieres lograr con la conversación: disculparte, aclarar algo, hacer un pedido, explicar tu enojo, reconciliarte o terminar una relación.
3-Es importante poder expresar qué es lo que molesta, incomoda o enojada o aclarar algo si es que hay un mal entendido.
4-Poner el foco en uno, en cómo te sientes como resultado de la conducta o actitud del otro, sin acusar. De esta manera no estás culpando al otro por sus acciones, sino describiendo lo que a ti te pasa cuando el otro se comporta de una determinada manera. Así la otra persona no se siente atacada y no va tender a responder reactivamente, defendiéndose.
5-Poder hacer pedidos claros para superar la situación, sabiendo de antemano que podemos recibir una respuesta positiva o negativa.

Lo importante es abrir espacios de conexión sincera y lograr los objetivos que te propones, no que te den la razón. Nos puede ir bien o mal pero más allá del resultado, nada nos quitará la tranquilidad de haber probado de no quedarnos con conversaciones pendientes.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Tu Semilla Es Tu Cosecha - Feliz 2018!

La Vida es como el Eco. Lo que das, recibes. Lo que siembras, cosechas.

Me encantan los rituales. Creo en ellos, creo en su fuerza terapéutica simbólica. Existen una gran variedad de rituales; algunos están establecidos por fechas, pueden ser paganos o religiosos. En ocasiones son comunitarios o a veces los llevamos a cabo en soledad y por lo general implican una secuencia establecida de acciones repetidas con la intención de alcanzar algún objetivo deseado. A través de los rituales nos proponemos desde atraer prosperidad, salud, trabajo, un amor, hasta reducir la ansiedad, aumentar la auto- confianza, tener un buen rendimiento en una competencia o inclusive, para que llueva. ¿Quién no se reconoce realizando alguna de estas actividades con total entrega y convicción?

Hoy que termina el año 2017, en el día en que gran parte de la humanidad estará agradeciendo por lo vivido y celebrando la llegada de un nuevo ciclo, me puse a pensar en todos los rituales asociados con esta fecha. Mi primer recuerdo fue la popular “bombacha rosa” para tener buena suerte, las 12 uvas antes de la cero hora, la tradicional vestimenta blanca en la noche del 31, barrer la casa para limpiar las malas ondas, tener una valija preparada para atraer viajes y cuántos más…

Todos los fines de año realizo algún tipo de ritual personal sobre todo para agradecer y para prepararme de la mejor manera para recibir la energía del nuevo año. Esta mañana me desperté pensando en esta metáfora: los seres humanos como las plantas crecen y florecen mejor cuando se encuentran en el lugar adecuado.  La gran diferencia a nuestro favor es que nosotros podemos ser nuestros propios jardineros y así propiciarnos ese entorno fértil, nutritivo y soleado para poder dar nuestros mejores frutos. Es por eso que hoy mi ritual fue podar y fertilizar mis "plantas".

Para este nuevo año deseo que dejes de esperar que la vida te traiga flores y empieces a cultivar las tuyas propias. Que si no estás a gusto en donde te encuentras, que abandones la queja, que te muevas, que busques alternativas o nuevas tierras. Te deseo buenos pensamientos, porque son como una semilla, cada uno produce su flor y su propio fruto. Te deseo puedas distinguir qué es lo que necesita poda, limpieza, riego o abono, para así convertirte en el mejor jardinero de tu vida. ¡Manos a la obra! ¡A sembrar el más pleno y abundante 2018 que podamos tener!