La Vida es como el Eco. Lo que das, recibes. Lo que siembras, cosechas.
Me encantan
los rituales. Creo en ellos, creo en su fuerza terapéutica simbólica. Existen
una gran variedad de rituales; algunos están establecidos por fechas, pueden
ser paganos o religiosos. En ocasiones son comunitarios o a veces los llevamos
a cabo en soledad y por lo general implican una secuencia establecida de
acciones repetidas con la intención de alcanzar algún objetivo deseado. A través
de los rituales nos proponemos desde atraer prosperidad, salud, trabajo, un
amor, hasta reducir la ansiedad, aumentar la auto- confianza, tener un buen
rendimiento en una competencia o inclusive, para que llueva. ¿Quién no se
reconoce realizando alguna de estas actividades con total entrega y convicción?
Hoy que
termina el año 2017, en el día en que gran parte de la humanidad estará agradeciendo
por lo vivido y celebrando la llegada de un nuevo ciclo, me puse a pensar en
todos los rituales asociados con esta fecha. Mi primer recuerdo fue la popular “bombacha
rosa” para tener buena suerte, las 12 uvas antes de la cero hora, la tradicional
vestimenta blanca en la noche del 31, barrer la casa para limpiar las malas
ondas, tener una valija preparada para atraer viajes y cuántos más…
Todos los
fines de año realizo algún tipo de ritual personal sobre todo para agradecer y
para prepararme de la mejor manera para recibir la energía del nuevo año. Esta mañana
me desperté pensando en esta metáfora: los seres humanos como las plantas crecen
y florecen mejor cuando se encuentran en el lugar adecuado. La gran diferencia a nuestro favor es que
nosotros podemos ser nuestros propios jardineros y así propiciarnos ese entorno
fértil, nutritivo y soleado para poder dar nuestros mejores frutos. Es por eso
que hoy mi ritual fue podar y fertilizar mis "plantas".
Para este
nuevo año deseo que dejes de esperar que la vida te traiga flores y empieces a
cultivar las tuyas propias. Que si no estás a gusto en donde te encuentras, que abandones la queja, que te muevas, que busques alternativas o nuevas tierras. Te deseo buenos
pensamientos, porque son como una semilla, cada uno produce su flor y su propio
fruto. Te deseo puedas distinguir qué es lo que necesita poda, limpieza, riego o
abono, para así convertirte en el mejor jardinero de tu vida. ¡Manos
a la obra! ¡A sembrar el más pleno y abundante 2018 que podamos tener!