"El centro
del amor no siempre coincide
con el centro de la vida.
Ambos centros se buscan entonces
como dos animales atribulados.
Pero casi nunca se encuentran,
porque la clave de la coincidencia es otra:
nacer juntos.
Nacer juntos,
como debieran nacer y morir
todos los amantes". (Roberto Juarroz)
14 de Febrero, Día de Los Enamorados, celebración de San Valentín
o como quieran llamarlo, fue sin lugar a dudas una de las fechas más controvertida
durante mi vida. ¿Celebrar o padecer?
Para muchos, es sinónimo de éxtasis romántico, para otros, la
reconfirmación de su soledad o desamor y para el resto de los mortales una
celebración invasiva, con un marketing de proporciones crecientes, difícil de
escapar o ignorar.
Tengo que admitir que hasta hace muy poco tiempo la celebración de San
Valentín, me molestaba, me parecía una ridícula costumbre importada de países
anglo-sajones que poco tenía que ver con nuestra tradición e idiosincrasia.
Representó por años el día más cursi, mercantilista y cruel al cual podía
enfrentarse toda aquella porción de la población que estaba sola sin pareja o
peor aún, sola con una pareja.
Es una de esas fechas en las cuales no se puede tener una posición
neutral y como mujer, solo me voy a limitar a hablarles desde mi perspectiva
femenina.
Las eternas románticas enamoradas del amor.
Son las que se enamoran con la misma intensidad del protagonista de la
telenovela de turno, un ciber-novio que vive del otro lado del planeta o
del tachero que se hizo el galán cuando les daba el vuelto al finalizar
el viaje. Adoran la invasión de tarjetas con frases melosas de amor, los
chocolates, las flores, los almohadones y cualquier cosa que tenga forma de
corazón! Hasta se emocionan ante la idea de recibir un oso de peluche que
promete un caluroso abrazo en pleno febrero estival del hemisferio Sur! No importa
si tienen una pareja o no, ellas pueden celebrar San Valentín hasta con su
mascota con tal de no perdérselo.
Las que odian al Santo.
En el otro extremo están las detractoras. Las que piensan que esta
celebración la inventaron con el sólo objeto de hacerlas sentir miserablemente
solas y recordarles que transcurrió un año más sin que hayan podido cambiar de
estatus relacional. El 14 de febrero se constituye en el día en el que muchos
reconfirman oficial y públicamente su soltería e incapacidad para generar
vínculos duraderos.
Las que quieren celebrar y no pierden las esperanzas.
¿Quién no tiene una amiga soltera y que mataría por tener su “Valentín”,
una comida romántica a la luz de las velas y ser sorprendida por un ramo de
rosas rojas al llegar a su hogar? Ellas no despotrican contra el
ángel regordete y su esquiva flecha. Miran desde afuera y ruegan que el próximo
año sea más inclusivo y poder ser parte de esta gran fiesta.
La población cautiva.
Las que no creen, no celebran pero tampoco lo odian y aún así no pueden
estar ajenas a toda la parafernalia marketinera que crece año a año. Imposible
comprar bombones que no tengan forma de corazón o enviar un ramo de rosas que
no tenga una presentación romántica. Por unos días pareciera que el mundo se
convierte en una gran jaula de corazones rojos imposible de eludir.
Yo fui todas ellas! Si, pasé por todas esas experiencias y
es la primera vez en años que mi corazón se siente correspondido y enamorado.
Dejé de resistir a San Valentín cuando entendí que en definitiva es una
celebración del amor y creo en el amor como la fuerza más poderosa e inclusiva
del universo.
Me gustaría hacer las paces definitivamente con Cupido y para ello
necesito crear una nueva dimensión en la celebración del Día de los Enamorados.
El marketing invasivo de los corazones rojos dejó afuera de la fiesta a
muchos. Nunca me gusto idealizar el rush hormonal, típico del
enamoramiento de los primeros tiempos de una relación. Eso sería dejar al amor
reducido a la voluntad de unos cuantos químicos cerebrales.
El amor es mucho más que eso. Quiero agregar a la celebración del amor
romántico, la celebración del amor a uno mismo. No como una expresión
egocéntrica o vanidosa, sino como el combustible existencial necesario
para generar buenas y sanas relaciones. El amor a uno mismo tuvo en mi mundo
muy mala prensa. Elegirme, aceptarme, reconocer y atender mis necesidades era
casi prácticamente lo mismo que ser una gran egoísta. Fue revelador entender
que no puedo dar lo que no tengo. Por lo general, eso no te lo enseña
nadie. Así fue como Cupido se pasó años evitándome.
Tener la bendición- porque creo que es una bendición- que te toque la
flecha angelada y finalmente encontrar esa alma que resuena en armonía con la
de uno , es motivo para festejar San Valentín los 365 días del año.
Historia: ¿Quién fue San Valentín?
Cuenta la historia que Claudio II "el Gótico", un tirano
emperador romano, ordenó a todos los cristianos adorar a doce dioses, y había
declarado que asociarse con cristianos era un crimen castigado con la pena de
muerte. De este modo, Claudio mandó prohibir en todo su territorio cualquier
manifestación de amor entre dos personas, lo que incluía todo tipo de
celebraciones nupciales. Claudio sólo quería soldados, guerreros solteros que
defendieran con brío y sin sentimentalismos su vasto imperio.
Aquí es donde apareció el cristiano Valentín, obispo de Interamna
Nahartium, en Italia. Era un médico romano que se hizo sacerdote y casaba
soldados. Se dedicaba a casar en secreto a parejas que quisieran formar una
familia con la gracia del sacramento. Esto le valió la cárcel bajo el mandato
de Aureliano, sucesor de Claudio. Valentín fue decapitado un 14 de febrero de
270. Fue enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma como mártir
de la persecución romana.
combustible existencial necesario para generar buenas y sanas relaciones. Grandes palabras como también "no puedo ofrecer lo que no tengo".
ResponderEliminarSiempre San Valentín tuvo todas las sensaciones descriptas aquí, lo más sencillo creo que es, entregarse, no esperar nada de los demás, solo dar lo poco o lo mucho que uno pueda tener y sentir, pero no solo referido a la pareja, el amor lo cambia todo, cuando uno piensa que todo es con amor, tanto buenas acciones como malas(por miedos, inseguridades) a veces cometemos errores con amor.
Besos! y a ver todo con Amor :)
<3 Toximon!!
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